Escrito por Sílvia Beseran, de GEDVA:
¿Cómo conseguir que un cachorro se convierta en un gran amigo? ¿Conocemos sus necesidades? ¿Somos quizás nosotros la causa cuando un perro al crecer muestra problemas? ¿Qué se hace en un curso de cachorros?
La mayoría de personas que acuden a un profesional para solucionar los problemas de conducta de su perro se han visto obligadas cuando se ven desbordadas y la convivencia con su perro se hace insoportable.
Cuando adoptamos a un cachorro, no somos conscientes que estos problemas van a empezar a aparecer y a incrementarse con la edad del perro a partir normalmente de los cinco meses de edad, para convertirse en serios problemas a partir de los ocho o nueve meses.
A veces incluso, hay personas, que desesperadas con la situación y pensando que no tiene solución, opta por deshacerse del perro. Esta opción nunca es la correcta, ya que las conductas son modificables y el perro siempre puede cambiar con el asesoramiento correcto.
Un cachorro no suele comportarse mal, ni desobedecer, lo único que nos encontraremos son quizás los típicos pipís fuera de lugar o que de vez en cuando nos rompe algo, pero pensamos que el tiempo lo va a solucionar.
El problema principal lo tenemos porque este cachorrito no va a poder salir a la calle, y continuar la socialización que tuvo con sus hermanos, hasta que no tenga todas sus vacunas y esté totalmente protegido de enfermedades infecciosas. Muchas veces esta vacunación llega demasiado tarde y nos perdemos una etapa fundamental de su desarrollo social, que luego le va a impedir comunicarse de forma correcta con sus congéneres, y van a empezar a aparecer los problemas.
Un cachorro desde su adopción (que no debería ser antes de los dos meses), hasta los cuatro meses de edad, es una esponja que va a aprender de una manera increíblemente rápida, y tiene una dependencia de nosotros absoluta, y eso nos va a facilitar su educación.
A partir de las 18 semanas todo se complica, porque entra en la adolescencia, y se empieza a volver más independiente. Si antes no hemos prestado atención a su educación, a partir de este momento todo va a ser mucho más complicado.
Los cursos de cachorros nos ofrecen un entorno seguro, libre de enfermedades, y en este lugar podemos reunir cachorritos que no superen los cuatro meses. Durante las clases, van a aprender a jugar entre ellos y a comunicarse. Además van a conocer personas diferentes a las de su entorno más cercano. En estas clases van a tener la oportunidad única de socializarse correctamente.
Además aprovecharemos para explicar como educarlos correctamente para hacer los pipís en la calle, a qué objetos puede morder y los que no, a evitar futuros problemas de agresividad o ansiedad, a acudir a la llamada y algunas cosas más.
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