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Zoofarmacognosis aplicada, mucho más que aromaterapia.

Guestpost de Jeannette Kok.

¿Nos hemos parado alguna vez a pensar como cuidan los animales que viven en libertad, su salud física o emocional?

Lo que entendemos hoy día como zoofarmacognosis es una práctica que los animales están llevando a cabo desde los albores del tiempo.

Es solo desde hace unas décadas que los humanos le adjudicamos el nombre “zoofarmacognosis”. La zoofarmacognosis se ha convertido en una ciencia que cada vez está consiguiendo más adeptos.

¿Pero de qué se trata realmente?

Los animales tienen una habilidad innata de seleccionar aquellas sustancias que ofrece la Madre Naturaleza para tratar o prevenir enfermedades. Es un hecho reconocido por los científicos, y la zoofarmacognosis es la ciencia que observa este comportamiento.

Se observa este comportamiento con el fin de descubrir nuevos compuestos secundarios, que son la parte de una planta con denominación “medicinal”, y que pudieran ser de utilidad para el ser humano. Uno de los científicos con más renombre en este campo es el Dr Michael Huffman.

Tiene bastante historia:

La palabra “zoofarmacognosis” deriva de las raíces zoo (animal), farma (droga o medicamento) y gnosis (conocimiento). Dice el Dr D.C. Jarvis en su libro “Folk Medicine” que nuestros ancestros descubrieron los principios de la medicina popular al observar como los animales seleccionaban plantas medicinales para curar sus dolencias, y aprendieron así como emplear lo que la naturaleza les ofrecía.

Entonces, aunque parece que hemos descubierto algo nuevo, el hecho es que estamos ante la terapia mas antigua que conoce el hombre.

Intercambio de papeles: no tratamos nosotros…sino él:

Para los animales que viven en su hábitat natural, encontrar plantas medicinales no es ningún problema, pero para un animal domesticado o mantenido en cautividad y que depende completamente del ser humano, no es tan fácil. Ahora bien, el hecho de no tener acceso no implica que no supiera hacerlo en el caso de tener estas sustancias a su alcance. Este concepto es difícil de entender para la mayoría de los humanos.

Nosotros “tratamos” a un animal y decidimos por él, lo cual es cierto en el caso de la veterinaria clásica como en las terapias alternativas.

La zoofarmacognosis ofrece al animal domesticado la posibilidad de seleccionar él mismo lo que necesita para encontrar de nuevo el equilibrio.

Va más allá de aromaterapia porque…

Las sustancias que se le ofrece no son sólo aceites esenciales, sino también aceites macerados, aceites vegetales, hierbas aromáticas, arcillas etc.

Una de las reglas principales es que el practicante no hace ningún diagnóstico como tal, aunque en la mayoría de los casos si se puede hacer una cierta lectura de que es lo que está pasando. Hay remedios que claramente indican un problema emocional y otros nos hablarán de un problema físico.

Otra regla muy importante es que en ningún momento se le obliga a oler o tomar ninguna sustancia. Siempre es el animal mismo el que selecciona los remedios y que decide como y cuanto quiere del remedio escogido, respetando sus respuestas instintivas y naturales.

Por lo tanto un zoofarmacólogo no medica, no diagnostica, ni receta o trata al animal.

¿Cómo funciona la “applied zoopharmacognosy”?

Para sobrevivir los animales dependen en gran medida de su olfato. Es el sentido del olfato que guía al animal hacia su comida y sus crías etc. Igual que para el ser humano, todas las experiencias, tanto buenas como malas, están siendo registrados por el sistema límbico. El sistema límbico es aquella zona del cerebro que esta relacionado con las respuestas emocionales, el aprendizaje o la memoria. La personalidad, los recuerdos y el hecho de ser como somos, depende en gran medida del sistema límbico.

¿Y como podemos influir sobre el sistema límbico y conseguir que traumas puedan ser sanados?

Como ya se ha mencionado anteriormente, los aceites esenciales son parte del método “applied zoopharmacognosy”, y grandes aliados en caso de problemas emocionales.

Personalmente no me gusta emplear el termino “aromaterapia” para este método: la palabra aromaterapia sugiere muchas veces la aplicación de aceites esenciales a través de masaje o difusores. La Zoofarmacognosis Aplicada demuestra que en la mayoría de los casos unas cuantas inhalaciones son suficientes para lograr un efecto y que no es necesario una larga exposición al aroma, lo cual incluso puede resultar contraproducente.

Los aceites esenciales están constituidos por cientos de células aromáticas e influyen tanto en el estado de animo del ser humano como de los animales además del efecto que tienen a nivel físico.

Tanto los humanos como los animales tenemos una relación muy cercana al reino vegetal. Ningún animal, incluso el humano, es capaz de producir todo aquello que necesita para poder existir. Por eso necesitamos alimentarnos, y de alguna forma u otra, siempre será el reino vegetal él que al final nos nutra.

Y no sólo a nivel físico. También en las plantas podemos encontrar la sanación emocional y las flores de Bach son un buen ejemplo de ello.

¿Cómo actúa el animal en la sesión?

En el caso de la zoofarmacognosis aplicada no seremos nosotros sino el animal que a través de su olfato seleccionará lo que necesita en un momento preciso.
Para ello han desarrollado dos sistemas para poder oler. El primero es través de las fosas nasales y el segundo , y por ello no menos importante, el órgano vomeronasal, también llamado órgano de Jacobson.

Las respuestas instintivas del animal nos demuestran claramente a través de qué conducto esta inhalando el aceite esencial (u otro remedio) y cómo lo procesa. El órgano vomeronasal permite que las moléculas aromáticas pasen directamente al sistema límbico, despertando de inmediato una respuesta.

Es interesante observar que el olfato es el único sentido que no recurre a la memoria consciente para poder revivir un estado emocional en particular. Una fragancia tiene el poder de transportarnos de inmediato a otro lugar y espacio en el tiempo.

Jeannette Kok en Katamotz perrito

Al ofrecer los distintos aceites esenciales al animal, éste reconoce si es esta fragancia el que necesita o no (foto realizada en el curso de Aromatics for Animals en Katamotz – Donostia).

Sabemos que en algunos aceites esenciales la diferencia a nivel bioquímico puede ser poca, pero el animal sabe exactamente si necesita uno u otro. La importancia de trabajar con aceites esenciales de primera calidad es obvio, ya que precisamente a los animales no se les puede engañar. En este sentido muchas marcas convencionales no serán aptas para nuestro trabajo ya que hay muchos aceites esenciales modificados para que sean más agradables para el humano.

Puede ser de gran ayuda en…

El método “applied zoopharmacognosy” es una gran ayuda para aquellos animales que han pasado por una experiencia traumática como por ejemplo el abandono, el maltrato o una enfermedad física y que están dificultando la convivencia con su familia humano.

¿Cuántas veces no nos encontramos con animales que están en alguna perrera sin ninguna posibilidad de ser adoptados por su estado emocional?

En estos casos precisamente la Zoofarmacognosis Aplicada puede cambiar la suerte del perro o del gato, y en la mayoría de las veces en pocas sesiones.

¿Y cómo puede ayudar a nivel físico?

En ningún momento se pretende sustituir la función del veterinario. Personalmente tengo la suerte de haberme encontrado con veterinarios que están abiertos a este método como una alternativa complementaria teniendo como prioridad el bienestar del animal. Muchos de ellos se llevan una gran sorpresa al observar el desarrollo de la sesión y como puede aportar respuestas sobre la condición física y emocional del animal.

Es realmente fascinante ser testigo de cómo los animales son capaces de llevar las riendas de su propio bienestar si nosotros somos capaces de dar un pasito atrás y dejar que ellos mismos seleccionen y dosifican los remedios necesitados en este preciso momento.

Caballos, ovejas, perros, gatos, cobayas,… cualquier animal domesticado tiene, igual que sus compañeros salvajes, este instinto innato que responde a los remedios naturales ofrecidos con la “zoofarmacognosia aplicada”.

Autora: Jeannette Kok, de Aromatics for Animals – Jeannette Essentials:

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